En las escuelas Waldorf, el arte como actividad, es un medio a través del cual la persona puede desarrollar sus diferentes facultades de una forma global: al elaborar la idea, el individuo ejercita la facultad del pensamiento; mediante el deseo que le induce a crear belleza, se pone en actividad su sensibilidad, que está en relación con la esfera cordial del sentimiento; y al ejecutar la obra, transformando los diversos materiales, pone en práctica la voluntad, que se manifiesta a través de sus miembros.
Así, el arte actúa de forma triple sobre la constitución humana: en el pensamiento, que es la facultad del espíritu, en el sentimiento que es condición del alma; y en la voluntad, que penetra en lo profundo del cuerpo físico. Por ello el arte es un triple camino, mediante el cual la persona puede auto transformarse a la vez que transforma el mundo.
Cuando el currículum Waldorf se cumple exitosamente, el ser humano completo (cabeza, corazón y manos) ha sido verdaderamente educado.